Domingo 06 Nov, 2022
Si hablamos de la vida después de la muerte, no lo hacemos desde la experiencia, que no tenemos, sino sólo desde la Palabra de Dios.
Si hablamos de la vida después de la muerte, no lo hacemos desde la experiencia, que no tenemos, sino sólo desde la Palabra de Dios.
La solemnidad litúrgica que hoy celebramos, aunque ponga en el centro de atención a todos los santos, no deja de celebrar a Jesucristo, nuestro Señor.
A Dios, que todo lo creó por amor, sobre todo al ser humano, su obra maestra, es a quien buscamos y amamos. Así como el corazón inquieto del publicano Zaqueo buscaba conocer a Jesús, ese hombre de quien había escuchado … Leer más
En el evangelio de hoy, por medio de la parábola del fariseo y el publicano, Jesús grafica dos situaciones del corazón humano orante: o lo hace desde la soberbia satisfacción de sí mismo, o lo hace desde la dolorosa conciencia de la propia indignidad y debilidad. La invitación es a reflexionar sobre nuestra actitud en la oración.
Los creyentes tenemos un recurso de una fuerza increíble en la oración, en la súplica confiada al Padre y Juez misericordioso que es Dios. Es una energía que puede cambiar el mundo.
La palabra de Dios no está encadenada. Es decir: podemos nosotros encadenarla de mil formas, pero la palabra de Dios tiene una vida que es capaz de vencer los obstáculos y cumplir su misión de esparcirse por el mundo y revelar lo que Dios tiene que decir, en cada momento de la historia, a la humanidad. ¿De qué formas “encadenamos” la palabra hoy?, me pregunto. En una cultura tan centrada en el ser humano y tan olvidada de Dios, de muchas maneras su palabra es relegada a un lugar insignificante. Ante la enorme multitud de palabras que escuchamos y decimos cada día, tantas veces banales o meramente utilitarias, la palabra de Dios, sobre todo aquella que es capaz de despertar en nosotros la fe, el compromiso, el amor por el prójimo, la pasión por un mundo justo, sin miseria ni odio, se pierde frecuentemente en los rincones que sobran de una cancha dominada por otras voces e intereses.
… el Evangelio de san Lucas, en línea con la lectura de Habacuc, pone hoy en boca de los apóstoles la petición: “Auméntanos la fe”. ¿No será, hermanas y hermanos, una petición y oración que debiéramos hacer cada día en … Leer más
Somos un pueblo con grandes posibilidades y con mucho ñeque, para tomar importantes decisiones de futuro para el país, tenemos que confiar en los talentos que el Señor ha puesto en nuestras manos y en la capacidad de hacerlos rendir frutos de justicia y paz, con respeto por todas las posturas, sin descalificaciones y sin miedo.
Todos sabemos que, si hubiera que reducir el mensaje cristiano a un solo concepto, éste sería el amor. El amor a Dios y al prójimo, como dice Jesús en los cuatro Evangelios (Mc 12, 29-31).
En el Evangelio de hoy Jesús nos anima a amar a Dios primero y que seguirlo a es decisión que requiere un compromiso total.