Se cerraron las Misiones Familiares con la certeza de que en el encuentro con el otro está Dios, esperando por uno y por encontrarse con cada uno de nosotros, allí en la sencillez del que tiene poco, en la enfermedad, en el dolor del que sufre, del que está solo, también en la risa y abrazo de los niños ahí esta Cristo y sin duda este grupo de 16 familias, que participó en esta primera experiencia de Misiones familiares en los Sagrados Corazones, se encontró con sus hermanos de la comunidad de Reñaca Alto por medio de este acercamiento con Dios.
Durante estos tres días se compartieron muchas actividades como la Eucaristía, procesión por la Asunción de la Virgen María, oraciones y cantos, talleres de cocina, deportivos y costura de frazadas. También las vistas a las casas de la zona, diálogos y conversaciones con la comunidad, caminatas, tiempos de comidas y Adoración Eucarística, entre otros.
Esperanzados en la fe, profundamente agradecidos y en certeza de que juntos construimos Iglesia finalizan estas Misiones Familiares de encuentro, que esperamos sean las primeras de muchas más por venir.